jueves, 19 de marzo de 2009

16-09-2008


Hoy es martes, el segundo día del peregrinaje. El canto a la oración de los sarracenos ha sido el motivo de mi pronto despertar a las cinco de la madrugada, una hora antes que sonase mi despertador. Los minaretes han comenzado a emitir unos estremecedores sonidos megafónicos totalmente inteligibles para nosotros, pero con mucho significado para los seguidores de Mahoma.

De buena mañana, nos hemos desplazado hacia el centro de Nazaret, la basílica de la Anunciación nos esperaba con su inmensa cúpula. La iglesia, situada dentro de un recinto que la custodia franciscana compró en el siglo XIX, alberga en su interior muchos vestigios arqueológicos que nos invitan a pensar que en este mismo sitio vivió la Virgen María.

Antes de entrar en el recinto reservado al culto, hemos tenido que pasar por un patio con porticado que rodea la mitad del perímetro del templo. Debajo de los soportales, pegados a un muro, se encuentran unos retablos en mosaico, de obra contemporánea y de diferentes estilos, que representan algunas de las vocaciones marianas más importantes del planeta, una de las cuales, obrada por el artista andorrano Sergi Mas, representa a la virgen de Meritxell, patrona de los Valles de Andorra.

Debajo de cada retablo, un letrero indica el país de la advocación mariana representada, por ejemplo, en la parte inferior del mosaico de Sergi Mas, un letrerito exhibe las letras Andorra.
Un poco más alejado del retablo de la patrona de Andorra, un bonito y tierno mosaico, representa una alegoría de la virgen de Montserrat, la “moreneta”, en español morenita. La virgen está acompañada de un grupo de benedictinos, de niños de la escolanía y de una pareja vestida con el traje típico y folclórico de Catalunya, que a la par, están acompañados de una niña, El fondo de la escena está representado por el símbolo del cenobio de la patrona de los catalanes, la sierra y una montaña (En español, Montserrat significa cerroserrado). Debajo del retablo se puede ver el letrero que simboliza el país: Spain. Al lado hay otro mosaico de otro país, llamado Scotland. Creía que Montserrat estaba en Cataluña y que la patrona de Spain era la virgen del Pilar, también de la cercana y tórrida tierra de Aragón.

La iglesia de la Anunciación conserva los restos de templos precedentes: primero se encuentra la cueva, un lugar que en tiempos remotos contó con una pronta veneración de la aparición del arcángel Gabriel a María; después contemplamos un templo bizantino; más tarde, uno de los cruzados; y encima de éste, la nueva basílica, que como si se tratase de un inmenso abrigo, alberga todas las partes comentadas. Esta nueva basílica se consagró en el 1968 y es una bonita obra de arte, presidida por una majestuosa cúpula, tiene una planta de dos pisos. Resulta curioso y bonito que uno de los lugares más sagrados e importantes para los católicos, sea a la vez, un homenaje a la austeridad y a la sencillez. La luz no sobra, pero el vacío de sus muros se llena con el espíritu que traemos nosotros, los peregrinos.

Más tarde, hemos podido visitar la parte superior del recinto franciscano, el lugar donde la tradición indica que tenía su taller de carpintería San José. No hemos encontrado ninguna madera, ni ninguna de las rudas herramientas que suelen esparcirse por los suelos de las carpinterías. Nos hemos encontrado con otra sencilla iglesia de gusto bizantino, pero de dimensiones mucho más reducidas que las de la basílica. Cerca de este templete se levantan las instalaciones de un pequeño museo que alberga restos del antiguo poblado bíblico de Nazaret, formado por casillas metidas en cuevas, de pequeñas dimensiones.

Ha estado muy emotiva la celebración de la eucaristía en la primera planta de la basílica, sobretodo por el orden que reina en este lugar, donde los turistas tienen vetada la entrada cuando se canta misa. Los cuatro religiosos de Urgell de nuestro grupo han concelebrado la eucaristía en este lugar tan bonito.

Debía ser mediodía cuando nos hemos dirigido a la Fuente de la Virgen, lugar donde los ortodoxos –la mayoría de los árabes cristianos forman parte de esta confesión- creen que el arcángel se apareció a María. El templo, de reducidas dimensiones, dispone de un guardián, serenos o guardia jurado, que no ha dejado en ningún momento que la gente de nuestro grupo hiciese el mínimo ruido. Se me olvidaba: los pantalones cortos prohibidos.

La fuente se sitúa en una capillita muy pequeña, que se encuentra al lado de la nave de planta griega del templo ortodoxo. Una oscura bóveda, nada apropiada a la luminosidad de esta confesión, simboliza el lugar del encuentro de la virgen con el arcángel. Es un sitio para regocijarse en silencio.

Me he percatado que parte de los fieles que rezaban en este lugar se encontraban muy compungidos y tristes. Al salir, me he enterado que al lado del templo, en uno de los extremos del patio de entrada, se encuentra el tanatorio cristiano de los nazarenos.

Por la tarde hemos ido a Canaán, el lugar donde Jesús convirtió el agua en vino. Los matrimonios de nuestro grupo han renovado su compromiso en este sacramento. Este recinto también es guardado por la custodia franciscana y cumple las mismas divisas que el resto de templos que hemos visitado hasta el momento: reconstrucción de estilo bizantino del siglo XIX encima de restos arqueológicos, en este caso una sinagoga.

Un franciscano guarda la entrada del recinto, como si fuese el portero. A juzgar por su aspecto, este monje, entrado en peso y años; parecía despertado involuntariamente de una siesta provocada por el bochorno y el calor de la sobremesa. Sus bostezos reflejaban que lo habíamos despertado bruscamente.

Seguidamente hemos iniciado un descenso hasta el Lago de Tiberiades, también conocido como Mar de Galilea, situado en el fondo de una depresión situada a 200 metros por debajo del nivel del mar. El lago debe medir unos 20 kilómetros de largo por unos 10 de ancho. En su desembocadura, en forma de embudo, hacia un nuevo tramo del rió Jordán, un colectivo baptista norteamericano ha construido un inmenso recinto para que peregrinos y turistas conmemoren y contemplen el lugar del bautismo de Jesús.

El río aparece rodeado de eucaliptos, manso y tranquilo, y envuelto de una estructura de barandillas y rampas, por la cual un gentío de peregrinos gringos, pertenecientes a la confesión baptista, recibe el sacramento en la modalidad de inmersión.

Los fieles del nuevo continente, acostumbrado a las dietas de comida rápida, vestidos con unas largas túnicas blancas, descienden por las rampas, con las manos apoyadas a las barandillas, y pacientemente, y con mucha confianza, se dejan sumergir por unos ministros de su credo, en el agua verdosa del río. Cuando salen, ya están bautizados.

Nosotros hemos renovado nuestro bautizo, pero solo hemos remojado nuestros pies. Y podemos dar las gracias, pues el agua de este tramo del río parece un plato de cocido de lo turbia que llega a ser.

La poca salubridad el agua no es motivo para maldecir el lugar, muy bien conservado y situado cerca de un kibutz. Los baptistas me han parecido muy cercanos a la causa sionista, el recinto entero está lleno de banderas de Israel. Los fieles americanos, respetuosos con la resta de confesiones, por lo menos con la nuestra, permiten que se puedan realizar bautismos de todo tipo, esto sí, debajo de las sombras de unos eucaliptos australianos, al lado de un centro comercial, de un merendero y de una barbacoa. Todo muy americano.

El padre Sàrries, me ha contado que el lugar tradicional del bautizo no es éste. Se encuentra en una zona que en la actualidad se considera militar, o sea, que no se puede visitar. Por este motivo, los baptistas, han construido aquí, este bonito complejo, para conmemorar el bautizo del Mesías. Total, es el mismo río. El lugar exacto no importa, lo importante es el río. Suerte que no se trata del Nilo. Imaginémonos si en ese lugar hay lugares para bautizar, del Lago Victoria hasta el delta.

Hemos finalizado el peregrinaje del día con una travesía por el lago, un verdadero mar de agua dulce. Un pequeño barco, como una golondrina del puerto de Barcelona, nos ha conducido de una a otra orilla. Impresionante.

Los Altos del Golán, temerosos, presiden una orilla, la otra, la de delante, hacia donde vamos, para desembarcar, se encuentra la nuevísima ciudad de Tiberiades, cuna de una antigua escuela de lingüistas hebreos.

Es bonito contemplar que en un solo estado, sin contar con los territorios que tendrían que formar la Autoridad Nacional Palestina, pueda albergar la convivencia de árabes i judíos.
Los primeros, mayoritariamente musulmanes, con un tres por ciento de cristianos, habitan en ciudades desordenadas, no muy limpias, provistas de comercios sin grandes escaparates, pero con unos letreros estridentes. En cambio, los segundos, habitan en unas ciudades lineales, como las que os comenté ayer, dignas de los boy-scouts de Baden Powell.

Muchas ciudades pobladas por árabes, tienen su parte judía, nueva y situada en las partes superiores de los cerros. A esto le llamo yo estrategia. En el pueblo de Canaán, el barrio judío es toda una urbanización de rascacielos encimados en una carena, la parte árabe, os la podéis imaginar…

Vuelve a ser de noche en Nazaret, hoy no oigo el canto de los minaretes.

Buenas noches.

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